viernes, 4 de octubre de 2013

Canadá

¡Hola! ¿Hay alguien ahí? Sé que ha pasado mucho tiempo... Pero entre las clases y que mi ordenador murió no he podido escribir... Os lo cuelgo aquí porque en el metroblog sale raro... 

Os traigo un nuevo OS. Espero que os guste y todas esas cosas. ¡Comentadme porfis, que sino pensaré que ya nadie me lee!

¡Un beso y sed felices!


- ¿Quién soy? - unas manos me taparon los ojos. Al principio me asusté pero no tardé demasiado en reconocerlas, así que no pude hacer otra cosa que sonreír.
- Un enano asqueroso al que le apesta el aliento - un segundo después una risa estridente me dejaba sorda.
- Vaya con la niña... - me dio la vuelta y me estrujó entre sus largiruchos brazos. - ¿No te alegras de verme?
- Un poquitín - Danny puso su cara lastimera e hizo amago de soltarme, pero yo se lo impedí, apoyando mi cara en su pecho. - Esta vez te has pasado.
- ¿Qué he hecho ahora? - rió con ganas pero sin dejar de abrazarme.
- Dos meses sin venir a verme. ¿Te parece normal?

Danny sonrió y su sonrisa me decía que él también me había echado de menos. Después de varios achuchones más y de ponernos al día, Danny me dijo que Harry y Eric nos habían invitado a cenar. Me emocioné tanto al escuchar la noticia que casi dejo sordo a Danny. También hacía dos meses que no veía al segundo hombre más gay del universo. El primero era Eric, pero a ese lo tenía ya muy visto.

Antes de ir al restaurante más mugriento y apartado de la ciudad, Danny y yo nos pusimos al día pero en otro sentido. Mi casa daba pena, estaba terriblemente desordenada pero, gracias al cielo, el pecoso ya estaba acostumbrado a ver cosas donde no deberían estar, como un tanga encima de la tele. ¿Que por qué estaba ahí? Oh, dulces misterios de la vida.

- Ya veo cuánto me has echado de menos - cogió el tanga con dos dedos, como si le diera asco y luego me lo tiró a la cara.
- Tanto como tú a mí - me miró divertido y poco a poco se fue acercando a mí. - Con G bien, ¿no?
- Bah, contigo me lo paso mejor - me rodeó con los brazos y comenzó a darme pequeños besos en el cuello. - Hueles bien.
- Gr-graaaaaaacias - su entrepierna rozaba la mía, impidiéndome hablar como las personas normales. Cerré los ojos y dejé que Danny metiera sus manos por debajo del vestido. - Dios Dan...
- He aprendido un par de truquitos. ¿Vamos a tu cuarto o...? - metió una mano dentro de mis bragas y todo mi cuerpo se volvió gelatina. - ¿Eh?
- Cuarto, cuarto - dije jadeando.

Danny me aupó y yo rodeé su cintura con mis piernas. No hizo falta decirle dónde estaba mi cuarto, conocía demasiado bien el camino. Una vez dentro, cerró la puerta con el pie (como si alguien nos fuera a interrumpir) y no dejó de besarme hasta que se topó con la cama y me tumbó sin ninguna delicadeza.

- ¿Tienes...? - dejó de besarme por un momento y me miró fijamente a los ojos.
- ¿... el cigarrito de después? - él sonrió de oreja a oreja y asintió. - Después de dos años y todavía me lo preguntas...

Danny se echó a reír y volvió a atacar literalmente mi cuello.




Dos o tres horas después Danny salía de la ducha y se secaba el cuerpo con mi toalla mientras yo me secaba el pelo. De vez en cuando nos mirábamos a través del espejo. Él ponía caras raras y divertidas y a mí me entraba la risa tonta.

- Vamos a llegar tarde - dije tras guardar el secador. Cogí el móvil y miré la hora. - Mentira. Ya llegamos tarde. Date prisa, tardón.
- Si me hubieras dejado ducharme solo ya estaríamos allí - se desenroscó la toalla y me dio con ella en el culo. Salí corriendo del baño y Danny comenzó a perseguirme.
- ¡Qué gay eres! - otra vez me azotó en el culo y yo, inteligente como nadie, me escondí en el cuarto de la colada. - Mierda.
- Creo que ahora llegaremos tarde por tu culpa - no hacía falta verle, sabía perfectamente que se estaba tapando la boca para que no le escuchara reírse. - Voy a vestirme. Y tú no me seas cerda y cojas ropa sucia. ¡Que hay que ser limpitos!

Danny se fue y me dejó allí, arrinconada y sin saber qué hacer. Podía salir e ir a mi cuarto, donde Danny me estaría esperando con alguna de las suyas o... ¿Se notaría demasiado si me ponía esos pantalones con una mancha de salsa barbacoa?

Maldito Daniel.

Después de siete silenciosos minutos, decidí salir. En otra ocasión no me habría importado ponerme el pantalón sucio, pero esta cena requería ir sin manchas. Así que me armé de valor y abrí la puerta. Miré por todas partes y al no ver al pecoso salí corriendo a mi cuarto por si se había escondido y le daba por asustarme. Entré en mi cuarto y ¿sabéis qué es lo que vi? A Danny desnudo en mi cama con mi cámara en las manos.

- ¿Se puede saber qué haces? - él dejó la pantalla para mirarme a mí. - ¿Y por qué diablos sigues desnudo?
- Me estaba haciendo fotos para que cuando volviera a irme tuvieras un bonito recuerdo - sonrió como si de verdad fuera bonito lo que estuviera haciendo. - ¿Quieres verlas?
- ¿Fotos de tu pene? - él asintió y yo negué. - No gracias, lo tengo muy visto.
- Serás cabrona - cogió la almohada y me la tiró. Yo comencé a reírme por lo infantil que era mi amigo y decidí ignorarle o acabaríamos llegando dos horas tarde.
- Vístete, anda - sin poder creerlo, me hizo caso a la primera. Se levantó de la cama, pero en vez de ir en dirección a su ropa, se acercó a mí. - ¿Qué haces? ¡Danny, joder, que llegamos tarde!
- Yo también quiero tener un recuerdo tuyo cuando me vaya - me agarró de la cintura y me atrajo hacia él. Danny completamente desnudo y yo en ropa interior. Todo muy apropiado. Me dio un beso muy dulce en lo labios e hizo una foto. Hasta ese momento, la actitud de Danny me pareció hasta tierna. Él echándome de menos a mí. Pero Danny es Danny. Romper la magia era uno de sus encantos. Subió una mano, acariciándome la cintura y la tripa hasta que llegó a mis pechos. Metió una mano en el sujetador, me sacó una teta y le hizo una foto.
- ¡Danny! - le empujé y me recoloqué el sujetador antes de que me sacara otra foto. - Eres un cerdo.
- ¿Tú tienes fotos de mi pene y yo no puedo tenerlas de tus tetas? - se alejó un poco por su propia seguridad pero siguió haciéndome fotos.
- ¡Yo no quiero fotos de tu pene! - en ese momento y sin saber muy bien porqué, los dos comenzamos a reírnos.

Conseguí que Danny dejara la cámara y se vistiera. Yo hice lo mismo y veinte minutos después salíamos de mi casa para correr hasta el restaurante. No estaba muy lejos, pero correr con tacones no era lo más apropiado, así que al final Danny tuvo que agarrarme de la cintura para no comerme la acera. Poco después llegamos al restaurante, yo jadeando y cabreada con el mundo y Danny muerto de la risa porque el vestido que me había puesto, perfectamente planchado horas antes, estaba arrugado y sucio porque un coche había pasado a toda velocidad y me había manchado.

- Te dije que llegarían tarde - un sonriente Eric le daba con el codo a un inquieto Harry que no dejaba de mirar el móvil. - Ahí están.
- Perdón - dije mirando a ambos.
- No te preocupes preciosa, le dije a Harry que reservara una hora después de la que os dije - Danny y yo nos miramos boquiabiertos y luego miramos a Harry.
- Os conozco demasiado bien - nos guiñó un ojo y después agarró la mano de su pareja. - ¿Entramos?

Los tres asentimos y uno detrás de otro entramos en el restaurante. La mesa era la misma de siempre, la más alejada e íntima del local. Así nadie podría reconocernos. Una vez sentados, pedimos las primeras cervezas de la noche.

- ¿Qué tal el encuentro, parejita? - nos preguntó Eric. Luego miró a Danny. - ¿Le ha gustado?
- ¿El qué? - miré a Eric y luego a Danny sin entender nada. ¿De verdad me estaba preguntando si me había gustado el sexo? En ese momento Danny carraspeó y a Eric le cambió el gesto.
- Ups. Mejor cambiemos de tema - miró a Danny como si quisiera disculparse y se quedó pensativo. Cuando se le ocurrió un nuevo tema, habló. - Harry me ha dicho que esta vez os quedáis más tiempo. ¡Qué bien, no!
- A ver, no me cambies de tema. ¿Qué me tiene gustar? ¿El sexo? ¿Quieres saber si me han gustado los nuevos truquitos que ha aprendido? - Eric y Danny se miraron ante mis preguntas y se echaron a reír. - ¿Alguien me quiere decir qué diablos está pasando y por qué os estáis riendo de mí?
- Chiquilla, relájate un poco - dijo Eric sin poder parar de reírse. - ¿Vas a poder aguantar hasta después de la cena o prefieres que el pecoso haga el ridículo delante de todos?
- Joder, Eric - miré a Danny y vi que estaba nervioso. - A ver, Sam... Esto...
- ¡Dáselo ya, hombre! - gritó de repente Harry.
- ¿Darme el qué?

Danny resopló y agarró mi mano para después tirar de mí y salir del restaurante. Cogidos de la mano comenzamos a andar.

- ¿Vamos a algún sitio? - Danny se dio cuenta y paró. - ¿Estás bien?
- Eh... Sí, sí - se pasó la mano por el pelo y después la metió en el bolsillo. - Sam... Yo...
- ¿Me vas a pedir matrimonio? - de repente Danny se puso tan pálido que pensé que le iba a dar un infarto. - Joder, Danny, me estás asustando. ¿Qué ocurre?
- Esto... Yo... - miraba todo el rato a sus pies y no conseguía decir dos palabras seguidas sin tartamudear.
- ¿Tú...? - me acerqué a él y le alcé levemente la cara.
- Yo... Quería darte una cosa - sacó la mano del bolsillo y me mostró una cajita negra alargada. - Si no te gusta lo puedo devolver. Es una tontería pero la vi y me acordé de ti y pues quiero que la tengas, pero si de verdad no te gusta, pues voy a la tienda y que me devuelvan el dinero y si prefieres eso pues te doy el dinero para que te compres algo más bonito...
- Dan... - paré su verborrea y le sonreí. - Si no me lo das no podré saber si me gusta o no.
- Ah, sí. Toma - me lo dio con una mano temblorosa y casi podía asegurar que estaba aguantando la respiración.

Abrí la caja y nada más ver lo que había dentro pegué un pequeño grito de sorpresa. Había un colgante parecido al de Carrie Bradshow en Sexo en Nueva York, pero con la palabra «Canada». Lo acaricié con los dedos como si fuese la cosa más delicada del mundo. Después de observarlo durante varios segundos, volví a mirar a Danny.

- Antes de que digas nada, me gustaría decirte algo - comenzó Danny todavía nervioso.
- Adelante - le sonreí y eso pareció darle fuerzas para continuar.
- Supongo que sabrás el porqué de Canadá - yo asentí. - Pues bien. Quiero que tengas este colgante para que me tengas siempre presente, para que me esperes. Sé que estos dos años no han sido lo que se dice fáciles y sé que es mi culpa, por tener un grupo y la fama y todo eso. Sé que la diferencia de edad es enorme, yo tengo 27 y tú tan solo 21, y que debería dejarte ir para que seas feliz...
- Pero yo...
- No, déjame acabar y luego hablas - volví a asentir. - Te quiero Sam. Desde el momento en que me tiraste la comida en aquel restaurante supe que pasaría el resto de mi vida contigo.
- Mentiroso... - los dos sonreímos y Danny pareció relajarse.
- Bueno, vale. Pero si eso no hubiera pasado, no habría podido dejar que me compensaras con un helado y no te habría conocido. Quiero estar contigo, darte la mano por la calle sin temer a los fotógrafos y a la prensa. Quiero poder besarte delante de todo el mundo y gritar a los cuatro vientos que te amo. Quiero que seas tú la que me acompañe en las giras y no Georgia. Quiero presentarte a mi familia y quiero disfrutar de ti las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana. No quiero esconderte, Sam. Por eso quiero que me esperes, que no me olvides y decidas irte con otro. Sé que es egoísta, pero solo pido dos, como mucho tres años más. ¿Qué me dices?
- Dan... Yo...
- Lo sé, no debería haberte dicho nada de esto. Lo siento - se dio la vuelta y pude ver cómo se quitaba rápidamente una lágrima. Antes de que diera un paso más, le agarré del brazo y le di la vuelta.
- Como si son cinco años, pecoso. Me gusta que estés en mi vida y por nada del mundo te dejaría marchar - Danny sonrió levemente y yo, sin pensármelo, me tiré a sus brazos y le besé. Unos minutos después, conseguí separarme y le miré a los ojos para decirle - Te quiero.

Como tardábamos tanto, Eric y Harry salieron, pero al vernos tan juntitos decidieron volver a entrar. Danny y yo entramos unos minutos después y, cuando nos sentamos, le enseñé el colgante a la parejita.

- Es precioso - dijo un emocionado Eric. - Ya podías regalarme algo así de bonito.
- ¿No te basta con mi presencia? - Harry le guiñó un ojo y después le acercó a él para besarle.
- ¿Me lo pones, Dan? - él asintió y me retiró el pelo. Yo se lo pasé y sentí un escalofrío cuando rozó mi cuello con sus dedos. Una vez lo puso, besó mi hombro y yo me giré para besarle a él. - Gracias, Danny. Es precioso.

Y así, entre cervezas y buenos amigos, acabamos la velada en aquel apartado y mugriento restaurante, donde nadie nos conocía y podíamos ser nosotros mismos, sin fachadas ni caretas.

3 comentarios:

  1. Ay, pero qué bonito :3
    No tenía presente la existencia de éste blog, y ésta ha sido una bonita bienvenida.
    A ver, que yo soy partidaria de que el único amor real de Danny Jones es el enano, pero me ha gustado.
    No tengo muy claro si es parte de algo con más capítulos o qué, pero por lo que he leído funciona como un OS así que lo comento como un OS. Me gusta que no se diga el nombre, que no haya descripciones precisas de el personaje de la chica. Se me hace que el lector puede usar su imaginación y eso me encanta.
    Otra cosa que me gusta es que hayas hecho al fucking drummer gay. ¿Por qué? Me parece que es un nuevo enfoque a Harry, porque si bien hay fics donde es homosexual no son tantos, o no es el unico de la banda, o tal. Y aquí es un orgulloso gay con su orgulloso novio. Ge-nial.
    Así que nada, te dejo el comentario y me voy a leer más de los cosos que tienes por aquí.
    Besos,
    Ralphie.

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  2. Segundo intento de comentar el capítulo....
    No sabes las ganas que tenía de leer cosas tuyas. En serio. Me has alegrado la mañana.
    Que ha gustado mucho.
    Me encanta que Danny seas así de mono y cuando tartamudea....ai ai ai. Me lo como.
    Momento fotos jajajajajajajajjajajaajjajaja.
    Yo te diría que escribieses segunda parte de estar os...(?
    ESpero que subas otro cosilla más rápido.
    Un beso.

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  3. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAW <3 Pls, qué cosa más cuqui. Me encanta Danny, me lo como con patataaassss :)

    Me gusta, porque cuando lo empecé a leer no esperaba un final así :D Lo de Harry homosexual me ha gustado, me ha sorprendido :) Muy original :D

    ¡Echaba de menos algo nuevo tuyo! :)

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