sábado, 25 de agosto de 2012

No sin ti. Capítulo 5


Harry y yo volvimos de nuestras vacaciones. No supe nada de Danny desde que nos fuimos, y eso me tranquilizó un poco. Era lunes y tenía que ponerme las pilas con mi trabajo, así que llamé a mi equipo y les dije que se prepararan.

Esta vez me tocaba hacer fotos en un parque a las afueras de Londres. Era muy bonito, así que tendría que aprovecharlo. Coloqué a las modelos en los lugares correspondientes y empecé con la sesión de fotos. Cuando empezó a anochecer, les di las gracias por todo y me volví a casa. Había sido agotador, pero por lo menos en todo ese tiempo no había pensado ni una sola vez en Danny. Pero mi queridísimo Tom tuvo que proponérmelo, quería que para su álbum de la boda, hiciera unas cuantas fotos de los chicos y él en varios lugares de Londres. Le dije que no me gustaba nada mezclar trabajo y vida privada, pero siempre me había resultado imposible decirle que no. Ese fin de semana empezaríamos con las fotos. Por lo menos no vería a Danny hasta el sábado.

Y el día llegó. Quedé con todos ellos en una de sus calles favoritas, llena de pintadas y grafitis. Estábamos todos menos Danny, así que decidí empezar sin él. Les dije que fueran naturales y empecé a hacerles fotos.

  •           ¡Ya estoy aquí! – dijo Danny detrás de mí. - ¿Habíais empezado sin mí? ¡Eso no se hace!
  •           Ha sido idea de Zoe – Harry me delató. – Pero tampoco llevamos muchas.
  •           Genial. ¿Dónde me coloco? – se lo señalé y él obedeció.

Las primeras horas fueron más o menos tranquilas. Los chicos eran muy naturales, y por eso no tuve que repetir ninguna foto. Lo malo llegó cuando me dijo Tom que quería fotos de cada uno de ellos, por separado. No entendía muy bien porque quería eso, pero él mandaba y yo obedecía. El primero fue Harry. Era muy fácil hacerle fotos, siempre hacía lo que yo le mandaba y se portaba bien. Con Dougie era más difícil, ya que siempre estaba poniendo caras y nunca se estaba quieto. Luego posó Tom. Le hice unas cuantas fotos y como sabían que con Danny me costaría mucho, decidieron irse a tomar algo.

  •           Va, Danny, deja el móvil de una vez y hagamos esto – pero seguía sin hacerme caso. -¡Danny!
  •           Ya voy – se guardó el móvil y me miró. - ¿Qué quieres que haga?
  •           No sé, lo que quieras – y le enfoqué con la cámara. No quería mirarle directamente.
  •     ¡Tú eres la fotógrafa! – y justo cuando se rió le saqué una foto. – Eso no vale, me has pillado desprevenido. Hazme una ahora.

Y así comenzó su sesión de fotos. Él haciendo el payaso y yo haciéndole fotos intentando no reírme, ya que aunque hubiera pasado todo eso, seguía haciéndome reír. Estuve bastante rato sacándole fotos, Danny era muy fotogénico y eso me gustaba. Me encantaba hacerle fotos. Seguramente en su casa tendría bastantes álbumes guardados en algún sitio. Siempre que tenía un hueco, iba a su casa y le hacía fotos, o íbamos a nuestro parque favorito y lo mismo. Era una de las maneras que más nos gustaba de pasar el tiempo juntos.

  •           ¿Quieres que haga algo más? – llevábamos una hora y media y ya no se nos ocurría más poses.
  •           Ahora eres libre de hacer lo que quieras. Son las últimas fotos, así que elige bien tus poses – prepararé la cámara y esperé.

Danny empezó a bailar, luego imitó a los que solían ser mis modelos y por último empezó a caminar como lo hacían en las pasarelas. Mientras él hacía eso, yo le sacaba fotos y me reía. Era demasiado payaso. Pero no me di cuenta de que al estar andando, se había acercado a mí. Si hubiera seguido haciéndole fotos, probablemente solo se habrían visto sus pecas. Aparté la cámara y ahí lo tenía, mirándome fijamente y mordiéndose el labio. La cámara impedía que él se acercara más, pero Danny la cogió y la dejó en la mesa auxiliar.

  •           Danny – la llama se estaba volviendo a encender, y yo no quería.
  •           ¿Por qué te fuiste? – podía notar su aliento embriagador en mi cara, y eso me estaba matando.
  •           Danny, te dije que no iba a haber más veces. Eso se acabó, por favor, olvídalo – sus labios estaban a escasos centímetros de los míos.
  •           No puedo, Zoe. Llevo toda la semana pensando en esa noche, pensando en ti.
  •           ¿Y tu novia? ¿Y Harry? ¡Es tu amigo, joder! – di un paso atrás, pero él me imitó.
  •           Ya lo sé. Pienso en ello a todas horas. Harry es uno de mis mejores amigos y hacerle daño es lo último que quiero. Pero hay algo dentro de mí que – no le dejé continuar.
  •           No. Danny, esto tiene que acabar. Si de verdad no quieres hacerles más daño, tienes que dejar este juego. Danny, al final acabaremos haciéndonos daño tú y yo, y eres demasiado importante para mí como para que eso pase. Por favor, olvida todo lo que ha pasado, ¿vale? – pero él no parecía de acuerdo.
  •           Zoe, no creo que eso sea lo que quieras, pero para que veas que me importas, voy a hacerte caso.

Me acarició la mejilla y me dio un beso demasiado dulce. Pero por lo menos sabía que iba a ser el último beso. Unos minutos después aparecieron los demás. Se alegraron por saber que ya habíamos acabado y Tom, para celebrarlo, nos invitó a unas cuantas cervezas. Por fin había acabado el día, y lo más importante, había acabado lo mío con Danny.

No sin ti. Capítulo 4


Era la primera vez que no soñaba con Danny, y eso hizo que me sintiera muy bien y que me despertara con una gran sonrisa. Pero cuando abrí los ojos recordé todo lo que había pasado la noche anterior y mi sonrisa desapareció.

  •           Has tenido que ver algo realmente feo para que tu sonrisa se haya esfumado tan rápido – dijo una voz a mi lado.
  •           No debería estar aquí. Y tú no deberías estar tan feliz, lo que pasó anoche no estuvo nada bien – me quité la sábana pero me la volví a poner ya que estaba desnuda.
  •           Yo creo que estuvo más que bien. Y si te soy sincero, ha sido una de las mejores noches en mucho tiempo – él seguía tumbado, mirándome.
  •           Danny, no sigas por ese camino. Esto ha sido un error, el único error. No va a haber más, que te entre en la cabeza – busqué la camiseta y me la puse.
  •           Si tú lo dices – se encogió de hombros y sin ponerse nada de ropa se fue al baño.

Mientras le oía cantar en la ducha, cogí mis cosas y me vestí lo más rápido que pude. Tenía que salir de esa casa. Miré por todas partes por si se me había olvidado algo y me marché sin decirle nada.

Cuando llegué a casa me encontré con Harry desayunando. Me acerqué a él y le di un beso de los que acabas en la cama. Pude ver cómo a Harry le brillaban los ojos. Había estado esperando ese momento durante mucho tiempo.

Me desperté con el ruido de mi móvil. Alargué mi mano y lo cogí, era un mensaje de Danny: “Te has ido sin despedirte. Anoche me di cuenta de algo, pero si quieres saberlo tendrás que verme otra vez. Espero que la reconciliación con Harry haya ido bien. Gracias por uno de los mejores polvos de mi vida. Un beso de tu amigo Jones”. No podía ser verdad. Borré el mensaje y desperté a Harry.

  •           Cariño, haz las maletas porque nos vamos de viaje – le dije con la mejor sonrisa que pude poner en aquel momento.
  •           ¿Qué te ha dado Danny para desayunar? Primero esto y luego me dices que nos vayamos por ahí. Le diré a Danny que me diga que te ha dado. Tendré que empezar a hacer lo mismo – se levantó de la cama muy sonriente y abrió el armario para coger una maleta y empezar a meter ropa.
  •          Solo han sido los cereales de siempre, nada más – intenté hacer desaparecer mi cara de pánico. Menos mal que él no me estaba mirando en ese instante.

No avisamos a nadie, simplemente cogimos el coche y pusimos rumbo a algún lugar. No acabamos muy lejos, pero por lo menos no era la misma ciudad. Nos instalamos en una pequeña casita en medio de la nada y disfrutamos de unas mini vacaciones. Harry estaba feliz, pero yo no, cada día que pasaba junto a él me sentía más miserable. Quería contárselo, pero sabía que si lo hacía, le perdería para siempre. Y no me lo podía permitir, le quería demasiado.

Decidí olvidarme de Danny y de lo que pasó esa noche. Intentaría no mantener ningún tipo de contacto con él, pondría alguna excusa si quedábamos todos. Lo último que quería era volver a sentir lo que sentí cuando estuve con él, en su cama. Pero cada día me costaba más olvidarme de esa sensación. Cada vez que Harry y yo lo hacíamos me venían a la mente escenas de esa noche. Era horrible, estaba haciendo mucho daño a Harry aunque él no supiera nada. Y lo peor de todo, lo que más me dolía, era que una parte de mí quería volver a verle.