lunes, 27 de agosto de 2012

No sin ti. Capítulo 8


Llegué al piso de Danny. Salí del ascensor y caminé lentamente hasta su habitación. Tenía pensado dejarle las cosas claras, acabar con todo. Memoricé alguna frase antes de llamar y respiré hondo. Pero todo se fue al traste cuando un Danny con solo una toalla me abrió. Intenté articular alguna palabra, pero me era imposible. Mi cerebro estaba concentrado en no perder ni un detalle de aquel cuerpo.

  •           Vaya, veo que has visto mi nota – dijo Danny sonriendo y ajustándose la toalla.
  •           Cállate – fue lo único que pude decir.

Después de hacerlo, le empujé dentro de la habitación y cerré dando un portazo. Danny se lo esperaba, así que no opuso resistencia.


Me había quedado dormida. Cuando recordé qué había pasado, cerré los ojos con fuerza, si lo hacía, igual al abrirlos me encontraría en la cama con Harry. Pero cuando los abrí, vi a Danny mirando por la ventana.

  •           Esto no está bien – le dije para que me mirara.
  •           Esta vez has sido tú la que ha llamado a la puerta, no yo – dijo él con una gran sonrisa.
  •           Lo sé. Pero Danny, esto no puede seguir así. Cada vez que miro a Harry mi corazón deja de latir. No puedo seguir haciéndole daño – volví a cerrar los ojos. 

       Danny se tumbó a mi lado y me pasó un brazo por la cintura. Me acercó a él y me besó la frente.

  •           Danny – abrí los ojos lentamente y me enfrenté a los suyos.
  •           Dime.
  •        ¿Qué sientes por mí? – debí pillarle por sorpresa, porque estuvo durante un minuto abriendo y cerrando la boca. – Vale, no hace falta que digas nada.

Fui a levantarme, pero Danny me volvió a tumbar y se tumbó encima de mí, pero sin aplastarme.

  •           Zoe, eres mi mejor amiga – y me puso un dedo en la boca al ver que iba a protestar. – Deja que termine. Eres mi mejor amiga, pero también siento algo por ti. No sé cómo explicarlo, simplemente sé que tengo la necesidad de tocarte y besarte a todas horas. Y cuando no lo hago, me desespero. ¡Si hasta he empezado a correr por las mañanas! – eso provocó carcajadas por ambas partes.
  •           ¿Y tu novia? – al oír esa palabra, agachó la cabeza.
  •           Desde que nos acostamos por primera vez ya no la toco.
  •           Eso sí que no me lo esperaba – empecé a reírme muy fuerte.
  •           ¡No te rías! Es la verdad. Zoe, cuando me dijiste que esto tenía que terminar me dejaste vacío. Y cada vez que ella se ponía esos picardías o intentaba seducirme, yo solo podía pensar en ti y, simplemente no podía – se tumbó a mi lado y estuvo durante un rato mirando al techo, sin hablar.
  •           Danny.
  •           Que – siguió mirando al techo.
  •           Yo quiero a Harry – le miré, pero él seguía sin mirarme.
  •           Lo sé.
  •           ¿Entonces? – me senté y por fin conseguí que Danny me mirara.
  •           Zoe, no te engañes, también sientes algo por mí, y hasta que eso no desaparezca, no pienso dejar de intentarlo.
  •           Pero así nos estamos haciendo daño – una lágrima se me escapó.
  •           Bueno, yo ya te he dicho que te necesito. Ahora eres tú la que tiene que decidir qué hacer.

Y con esa frase me levanté de la cama y salí de aquella habitación. No podía ser verdad lo que me acababa de decir. ¿Danny me había pedido que dejara a Harry? No, esto tenía que ser una pesadilla. Me metí en el ascensor y volví a mi habitación. Cuando entré, Harry seguía durmiendo. Me tumbé a su lado y me acomodé en su pecho. Y con el latido de su corazón me quedé dormida.

No sin ti. Capítulo 7


Antes de entrar en la piscina me maldije, era mi fin de semana especial con Harry y me había acostado con Danny. No podía creerme que me hubiera vuelto a pasar, se supone que lo habíamos aclarado, que ya no había nada. Tenía que alejarme de él si quería solucionar esta horrible situación.

Me esperé unos minutos en el vestuario y cuando respiré hondo entré en la piscina. Harry ya estaba debajo de unos chorros, relajándose. Me metí con él y me puse a su lado, no me atreví ni a darle un beso.

  •           ¿Te ocurre algo? – dijo él sin mirarme.
  •           La sauna no me ha sentado muy bien – en ese momento tenía ganas de meterme dentro del agua y no salir. Aquella situación se me estaba yendo de las manos.
  •          ¿Quieres que nos vayamos a la habitación y pedimos algo para comer? – yo asentí y él me cogió una mano.

Nos encontramos fuera de los vestuarios. Harry me cogió por la cintura y andamos despacio hasta nuestra habitación. Justo antes de meternos en el ascensor, vi a Danny mirándonos desde un lado del pasillo. Me asusté mucho y tiré de Harry nada más abrirse el ascensor. Aquella situación tenía que acabar.

Ya en la habitación me acomodé en la cama y esperé a que Harry pidiera algo para comer. Después, se tumbó a mi lado y los dos nos quedamos en silencio. Pero unos minutos más tarde Harry empezó a hablar.

  •           Zoe, sé que te pasa algo. Hace unas horas estabas muy feliz e hiperactiva. Ahora pareces un zombi. ¿Qué ha pasado? – se apoyó en un brazo y me miró.
  •           No me pasa nada. Estar dos horas seguidas en la sauna no me ha sentado muy bien y ahora estoy un poco mareada – gracias a mi don por ocultar ciertas cosas, Harry se quedó satisfecho por mi respuesta.

Estuvimos comiendo mientras veíamos la televisión, pero casi no hablábamos. Harry se quedó dormido, el gimnasio lo solía dejar agotado. Yo en cambio no podía dormir, cerraba los ojos pero una imagen venía una y otra vez a mi cabeza. Miré a Harry y no pude evitar derramar alguna lágrima. Me estaba convirtiendo en una persona horrible. Tenía a mi lado a la persona más maravillosa y yo la estaba cagando. Me levanté y salí al pequeño balcón que teníamos. Hacía bastante frío, pero necesitaba despejarme. Cuando empecé a no sentir mis dedos, entré y me senté en una butaca. Pero no estuve mucho tiempo ahí, ya que me dirigí a la puerta y salí de nuestra habitación. Justo cuando la cerré, vi un trozo de papel a unos pocos pasos de donde estaba. Lo cogí y reconocí la letra de Danny. Solo había escrito un número, el de su habitación. Empecé a andar en otra dirección, no quería volver a verle. Pero justo cuando entré en el ascensor, mi dedo en vez de apretar al piso de la planta baja, pulsó el piso donde estaba la habitación de Danny.


¿Qué os está pareciendo la historia? ¿Os gusta? Estoy siendo mala con Harry... Lo sé. ¡Pero alguien debe sufrir! Muahahaha
Para que veáis que soy buena y como este capítulo es muy corto, luego subiré otro.

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