miércoles, 29 de agosto de 2012

No sin ti. Capítulo 10


¡Hola pequeños!

¡¡Espero que os guste el capítulo y ya de paso entrad en mi otro blog!! http://billysworld.metroblog.com/


Me desperté con una gran sonrisa. No había dormido mucho, pero había valido la pena. Cuando abrí los ojos vi a Harry entrando por la puerta con una bandeja en las manos.

  •           Cariño, mi cumpleaños fue ayer – le dije mientras me sentaba y me apoyaba en el respaldo de la cama.
  •           Lo sé, pero como ayer no pude llegar hasta la cama… - se acercó hasta mí y me dio un beso.
  •           Todo tiene muy buena pinta, pero creo que primero beberé un poco de agua.
  •           ¿Mucha resaca? – preguntó entre risas.
  •           Fue tu culpa, no debiste dejarme beber tanto – después de ir al baño y beber varios litros de agua, me acerqué a él y le di un beso de buenos días.
  •           Danny tiene más culpa. No paraba de darte de beber de su vaso – y yo me atraganté con la tostada. Para mí, Danny era un tema tabú cuando Harry estaba presente.
  •           Danny es idiota – muy idiota, él mismo me había dicho que no bebiera mucho.
  •           Es Danny. Nada de lo que hace tiene sentido – me dio un beso en la frente y se fue directo al baño.

Cuando vi que ya no podía comer más sin acabar vomitándolo todo, me fui hacia el armario para vestirme. Cuando fui a coger un jersey, noté que algo se había caído. Me agaché y descubrí que había sido una caja pequeña. No la reconocí, así que, mirando primero hacia el baño por si salía Harry, la abrí con mucho cuidado. Tuve que sentarme en el suelo cuando vi el anillo. No podía ser. Parecía un anillo de compromiso. Volví a guardar la caja en su sitio y me vestí muy rápido. Yo siempre había sido muy torpe, pero en aquel momento lo fui más. Me choqué con una silla que había cerca del armario y casi me caigo al suelo. Salí al pasillo y bajé corriendo las escaleras. Notaba que me faltaba el aire. No podía creer que Harry me fuera a pedir matrimonio. No estaba preparada, y mucho menos desde que empecé a verme con Danny. Tenía ganas de hablar con alguien, pero nadie sabía nada y a Danny no podía decírselo. Aunque sabía que era una estupidez, decidí llamar a Tom. Seguro que Harry había hablado con él. Cogí mi móvil y salí a la calle sin cerrar la puerta del todo. Marqué su número y esperé.

  •           ¿Ya me echas de menos? – dijo una voz soñolienta al otro lado.
  •           Eso siempre Tom. Pero quería preguntarte algo – dije no muy convencida.
  •           Adelante – pero yo no me atrevía a soltarlo. – Zoe, venga, dime qué ocurre.
  •           He encontrado el anillo – y esperé a que dijera algo.
  •           ¿Qué anillo? – y al cabo de unos segundos pareció entenderlo todo. – Le dije que lo escondiera mejor.
  •           ¿Cuándo? – no quería saber la respuesta.
  •           Zoe, no me hagas esto. Harry es mi amigo, y eso tenía que ser una sorpresa.
  •           Por favor, Tom.
  •           Hoy – dijo al fin.
  •           ¿Hoy? ¿Pero, pero, pero? ¿Hoy? – no, era muy pronto. No podía ser hoy.
  •           ¿Qué ocurre Zoe? ¿No te hace ilusión? – parecía confuso.
  •           Sí, bueno, no sé. Ya sabes, nunca se me han dado bien este tipo de cosas – mentí.
  •           Lo sé, pero los dos os queréis. Ya verás como todo sale bien. Zoe, tengo que dejarte que tengo visita. ¡Llámame luego y me cuentas! – parecía él más ilusionado que yo.
  •           Claro, Tom. Gracias – y colgué.

Quiero a Harry. Quiero pasar el resto de mi vida con él. Pero, ¿y Danny? ¿Lo nuestro es solo atracción, o hay algo más? No puedo decidirme tan pronto. ¿Y qué pasa con nuestra escapada? En nada me tenía que ir con Danny y hoy Harry me iba a pedir que me casara con él. Daría lo que fuera por ser otra persona ahora mismo. No quiero enfrentarme a las dos personas más importantes para mí. No puedo dejar a Harry, pero tampoco quiero decirle adiós a Danny. Pero algo tenía que hacer. Y sabía que mi decisión iba a ser la más cobarde, pero necesitaba pensar, aclarar mis sentimientos. Así que entré en casa, subí a mi cuarto y me encontré con Harry poniéndose algo de ropa. Me sonrió y yo le devolví la sonrisa. Pero para mi sorpresa me dijo que tenía que ir a un sitio, que por la tarde volvería a casa. Aparenté estar triste por tener que separarme de él durante unas horas, pero en realidad me vino de perlas.

Cuando oí cerrarse la puerta, empecé con mi plan. Cogí mi maleta, metí toda la ropa que encontré en el armario y por último, envié un mensaje a Danny diciéndole que tenía que cancelar nuestra escapada. Cuando se lo envié, apagué el móvil y lo guardé en un cajón de la mesa de noche. Cogí la maleta, mi bolso con todo lo necesario y salí de mi casa. Paré un taxi y me dirigí al aeropuerto. No tenía ni idea de cuál iba a ser mi destino, pero poco me importaba. Mientras me acercaba al mostrador iba pensando en posibles destinos, pero no me decidí por ninguno. Le pedí al chico que había al otro lado del mostrador si había algún vuelo en ese momento que fuera muy lejos y que tuviera asientos libres. El chico tardó un rato, pero al final, con una sonrisa, me dijo que había un asiento libre en el avión que iba a Tailandia. Lo pensé durante unos segundos. El sitio estaba muy lejos, nadie pensaría que me había ido allí, así que nadie me buscaría en aquel lugar. Así que saqué mi tarjeta y pagué mi billete.

Cuando por fin estaba en mi asiento, pensé detenidamente lo que había hecho. Había sido muy cobarde. Sabía que algún día tenía que volver y enfrentarme a la realidad, pero no era capaz de tomar ninguna decisión. Así que me relajé en el asiento y cerré los ojos. Ahora solo tenía que pensar en una cosa: Tailandia.